Muchas personas que han transitado la universidad, y especialmente la universidad pública, aseguran que ese recorrido ha generado un cambio significativo en sus vidas. Y no solamente y ni siquiera a veces un cambio vinculado con la posibilidad de ejercer una profesión y desarrollarse laboralmente: incluso quienes no han culminado el recorrido con la obtención de un título o desarrollan luego trayectorias laborales disímiles manifiestan que experimentar la vida universitaria les ha generado un impacto positivo.
En esta nota conversamos con una estudiante, una egresada y un egresado de las licenciaturas de la Facultad de Trabajo Social (FTS)- Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) sobre cómo ejercer el derecho a la educación pública y de calidad puede impactar en el horizonte vital de las personas y qué cuestiones, más acá y más allá de un título, se entretejen en los diversos recorridos por las aulas del nivel superior, pero también por los pasillos y sus márgenes.
Mirar con nuevos ojos
«La carrera me ha ayudado a crecer mucho, a cambiar una perspectiva de mi vida, de cómo pienso y cómo relacionarme con el otro. He aprendido mucho», dice Maia Esponda, estudiante de la Licenciatura en Trabajo Social de la cohorte Gualeguaychú, que comenzó su cursado en 2021. A Maia, como muchas otras personas que han recorrido y recorren la universidad, al empezar a estudiar le hizo un «clic en el bocho»: la forma de leer las realidades, incluida la propia, se transforma.
Todas las experiencias universitarias nos van transformando y modifican nuestra forma de mirar y vincularnos con otras y otros: «Crecimos mucho con los compañeros, como personas, siempre ayudándonos entre nosotros, trayendo a colación un montón de debates que son enriquecedores, donde aprendemos de los otros y de nosotros; donde podemos debatir libremente y que nuestra opinión sea válida también, que el otro respete nuestro pensamiento es algo único, porque también aprendemos que lo que dice el otro también es válido y no quedarnos solo con lo que nosotros pensamos; eso es crecimiento personal que yo tuve», agrega Maia.
En esta misma línea, Regina Cavenaghi, egresada de la Licenciatura en Ciencia Política de la FTS expresa: «Para mí fue un cambio rotundo empezar a estudiar en la Facultad. Me dio un montón de herramientas para entender la realidad, me voló la cabeza en muchos sentidos y me dieron ganas de seguir estudiando». Esa transformación a lo largo del recorrido universitario no tiene tiempos homogéneos ni caminos iguales: aunque colectivo, porque se hace en comunidad, cada trayecto es particular.
«A partir del primer año acá, en la FTS, ya se barajan una serie de saberes que uno en la vida diaria, desde lo que sería el sentido común, no puede obtenerlos fácilmente. En ese sentido, lo que la universidad pública nos aporta son valores enormes para pensar y para reflexionar. Mi visión luego de cursar Ciencia Política es más amplia, más profunda, más analítica… todo con argumentos, pensado y fundamentado. Por supuesto que uno no se da cuenta, pero se va transformando día a día con el cursado», comenta Eduardo Medina, egresado de la licenciatura de Paraná.
Quien ingresa a la universidad nunca ingresa solo, lo hace de la mano de su familia y de todas las personas que acompañan la aventura: «estudiar ha sido muy importante y significativo para mí: cuando arranqué esta carrera mi bebé tenía ocho mese de vida y yo aposté a todo, me inscribí con él en brazos, ya había terminado la secundaria. Hoy tengo 32 años y mi nene cumplió 4 años… al que esté leyendo esto le digo que apueste a un estudio…», dice Maia.

Cambiar el mundo
Algunas personas eligen las carreras de la Facultad de Trabajo Social como un camino posible para cambiar situaciones sociales y políticas que consideran injustas: como una búsqueda relacionada con ciertos ideales que en el recorrido por la universidad se nutre de conocimiento, de herramientas técnicas y conceptuales que permiten intervenir en diferentes problemáticas con una visión profesional.
En cuanto a sus intereses para estudiar Ciencia Política, Regina remarca: «pensaba en muchos ideales que tenía sobre cómo creía que tenía que ser la sociedad, y me interesaba aportar a eso. Cuando llegué a la Facu fue una dosis de realismo importante, porque te permite entender un montón de fenómenos que uno en su cabeza y en su adolescencia piensa de una manera, pero el recorrido por la Facu te ayuda a desentrañarlo y a ver un montón de significados que por ahí no se te han ocurrido».
Desde el Trabajo Social, para Maia una de las motivaciones para empezar a estudiar en la universidad tenía que ver con el otro: «Estudiar te modifica, te modifica poder ayudar siendo una trabajadora social: no es lo mismo ayudar a una persona desde lo personal, haciendo cualquier acción, que hacerlo desde otro lugar, con las herramientas que te brinda la Facultad».
Eduardo, por su parte, primer egresado universitario de su familia, encontró en la universidad un horizonte posible: «Tenía experiencias previas antes de entrar a la Facultad que me llevaban para el lado de las Ciencias Sociales y, la carrera de Ciencia Política tenía mucho de eso. Pero también mi interés por la política venía desde siempre, por una cuestión de familia: siempre hubo militancia… estaba en Rosario del Tala en una situación complicada y me pareció que la manera de salir era el estudio». Hoy Eduardo trabaja en Anses, delegación Paraná.
Todavía estás a tiempo
La Facultad de Trabajo Social – UNER tiene abierta la inscripción a sus carreras de grado con cursado en Paraná hasta el 24 de febrero. Se trata de la Licenciatura en Ciencia Política y la Licenciatura en Trabajo Social.
El trámite de inscripción es completamente gratuito y consiste en dos simples pasos: el primero se realiza en línea y el segundo personalmente en la Facultad con la presentación de documentación.
Toda la información está disponible en el sitio web de la institución: www.fts.uner.edu.ar
Para consultas: difusiondecarreras.fts@uner.edu.ar
Fuente: Área de Comunicación Institucional FTS-UNER