Miles de personas se movilizaron nuevamente en todo el país en defensa de la educación pública y el sistema universitario público argentino en la Segunda Marcha Universitaria del 2 de octubre. Con epicentro en la ciudad de Buenos Aires y réplicas en todo el país, continúa el reclamo por la situación financiera y la emergencia salarial de las universidades nacionales.
La movilización fue convocada por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el Frente Sindical de Universidades Nacionales y la Federación Universitaria Argentina. Buscó apoyar la Ley de Financiamiento Universitario que, finalmente, fue vetada el 3 de octubre por el gobierno nacional, luego de la marcha.
«La universidad ha dado un mensaje de unidad»
El vicedecano de la FTS, licenciado Pablo Barberis, analizó el sentido de la marcha, , en diálogo con Radio UNER Paraná: «creo que nuevamente la universidad ha dado un mensaje de unidad dentro de lo complicado que es hallar acuerdos en un contexto de tanto ataque. La universidad respondió con una contundencia y una vocación de defensa por lo que tanto valora y aprecia, que es esta historia de la universidad pública, abierta y gratuita». En cuanto a los motivos de la movilización, Barberis aclaró: «acá no estamos discutiendo solamente por salario docente, estamos discutiendo para que la universidad pueda seguir abriéndose, estamos discutiendo porque la investigación ocurra, porque el trabajo en territorio no cese y porque la universidad llegue cada vez más a lugares».
En ese marco y en referencia a la necesidad de continuar defendiendo el sistema universitario argentino y los ataques a su desarrollo en términos de «eficiencia», destacó: «está comprobadísimo que donde hay universidad hay crecimiento del producto bruto; donde hay aulas abiertas, crecen las economías locales; donde hay oferta académica, el mundo de la economía local se dinamiza de otra manera. Porque insertar un tejido profesional en esos ámbitos tiene un valor que todo el mundo considera y que el primer mundo, en el que tanto se espeja el gobierno nacional, tiene demasiado apuntado, demasiado anotado, como para pasarlo por encima o soslayarlo. Y, entonces, hay una negación, una porfia de no querer abrir ese debate. Y, bueno, nosotros que conocemos un poco más nuestro oficio sabemos que los resultados no se miden todos los días por lo que te da una tasa de graduación. Que, obviamente, hay que mejorarla, hay que sostenerla, pero que la muestra de un año, de un periodo de unos años, no expresa la realidad total de la inserción de un sistema en su medioambiente y en su territorio. Entonces, son muy mezquinas las herramientas que se están ofreciendo para ver qué tan eficaces somos y qué tipo de servicio a la comunidad damos, y qué derechos asistimos. Y que la cuestión de los derechos parece no tener ni siquiera lugar en la construcción conceptual que esto tiene para el gobierno».
En cuanto a la convocatoria que hizo la Universidad Nacional de Entre Ríos, Barberis destacó la participación de las diferentes unidades académicas, remarcando la dinámica federal de expansión del territorio, tan distributiva, que tiene la UNER, con nueve facultades en cinco sedes.


Durante la movilización en Paraná, el rector de la UNER, contador Andrés Sabella, manifestó: «no se trata de una marcha sectorial, sino de una marcha que intenta reivindicar y poner nuevamente en valor lo que la sociedad argentina quiere respecto a la educación pública superior. Eso tiene que ver con un sistema universitario autónomo, autárquico, no arancelado, que permita el acceso irrestricto de nuestros jóvenes. No solo tiene que ver con el poder adquisitivo que han perdido los trabajadores y las trabajadoras, docentes y no docentes universitarios, sino también con fortalecer la ciencia y la técnica, con que no se paren las obras públicas, con que no se vaya para atrás con los sistemas de becas que se han implementado hace unos cuantos años. Tiene que ver con eso, entre otras cosas, ante un gobierno que no da respuesta, que pareciera ser que reacciona cuando hay este tipo de manifestaciones públicas».
Sabella afirmó también que hay una permanentemente campaña de descrédito hacia la universidad pública y gratuita, una de las instituciones que en la Argentina tiene la mayor imagen positiva. «Tenemos que cuidar eso, seguir trabajando de manera responsable por nuestros jóvenes, hacerlo de manera transparente, rindiendo cuentas, que es lo que hacemos siempre», dijo.
«Hay un sistema universitario nacional que te cobija, que te ampara, que te acompaña y que te entrega un título»
En la mañana del 2 de octubre, la decana de la FTS, magister Sandra Arito, en diálogo con Radio UNER Paraná, se refirió a algunas de las características del sistema universitario argentino, los principales motivos de la marcha, al desfinanciamiento y la desacreditación comunicacional que está sufriendo la universidad pública por parte del gobierno nacional.
En referencia al papel central que ocupa la universidad pública argentina, Arito afirmó que la universidad siempre está abierta, y que todas y todos pueden inscribirse, pese a los diferentes esfuerzos que cada una y cada uno hace para llegar. Y esto no es una cuestión solamente de decisión personal o familiar, sino que «hay un sistema universitario nacional que te cobija, que te ampara, que te acompaña y que te entrega un título». Y destacó que «cuando el CIN publica un documento donde dice que lo que está en juego es la idea de Nación, ¡es eso lo que está en juego! Nación entendida como la entendemos en nuestro país, donde es parte constitutiva de nuestra identidad la universidad pública, donde es parte constitutiva de nuestra identidad el acceso a la posibilidad de obtener un título universitario y de ejercer profesionalmente, independientemente de donde hayas nacido».
En cuanto a la desacreditación comunicacional que se promueve desde el gobierno nacional, Arito señala que eso le está costando al gobierno porque «la sociedad tiene una imagen muy positiva de la universidad que está puesta en acto en lo que la universidad hace y da por el país. Pero la desacreditan con distintas cosas o con frases hechas. Siembran desconfianza, por ejemplo, con que las universidades no quieren ser auditadas: somos auditadas todo el tiempo y todos los años y de manera rigurosa. Entonces, como ahora ya se desacreditó ese argumento, van con que ahora la novedad es que inventamos estudiantes, cuando en realidad los sistemas informáticos hacen que con identidad cada estudiante esté acreditado dentro del sistema».
La Decana afirmó que hay, por un lado, un ataque en lo que tiene que ver destruir la imagen desde lo comunicacional y, por otro, concretamente con el achicamiento de los recursos: tanto gastos de funcionamiento y como salarios docentes y no docentes. «Esto es una cuestión salarial porque tiene que ver, obviamente, con la capacidad y la posibilidad de vivir dignamente, pero también es un ataque que sobrevuela no solo la cuestión salarial: es un ataque al sistema. Por eso me parece que tenemos que estar a la altura, todos y todas quienes conformamos la universidad y la sociedad en general, de responder a esta embestida que es muy importante contra la universidad y contra el sistema de la educación pública en general», sostuvo Arito.
«Quienes estamos hoy en el sistema sabemos que es muy grave lo que está pasando y que de verdad hay un riesgo, que no se trata solo de una mejora salarial… el sistema está en riesgo y me parece que eso es lo que la población en general está entendiendo. Y por eso acompañó de la manera que acompañó ese 23 de abril. Y esperamos que hoy nos siga acompañando», finalizó.


«No vivimos un momento de normalidad en las universidades argentinas»
En la conferencia de prensa brindada por el CIN, el 24 de septiembre, el presidente del Consejo Víctor Moriñigo manifestó el acompañamiento a la marcha en apoyo a la Ley de Financiamiento Universitario y destacó: «…es momento de acompañar a nuestros trabajadores docentes y no docentes que tienen un retraso de 50 puntos contra la inflación; compañeros docentes y no docentes que, además, están discriminados y tienen 20% por debajo sus salarios con respecto a los trabajadores del Estado; y acompañar a los estudiantes de la universidad argentina que en función de todo lo vivido estamos perdiendo días de clases y no vivimos un momento de normalidad en las universidades argentinas. También estamos solicitando que exista un entendimiento de la desinversión que tenemos en materia del sistema científico y tecnológico de nuestro país…»
Después de la primera marcha, el 23 de abril, ya hace casi cinco meses, donde la sociedad toda acompañó en defensa de la universidad pública, Moriñigo remarcó: «Estábamos convencidos de que el instrumento de la paritaria nacional iba a llevar a que hubiera un entendimiento responsable entre los gremios de los trabajadores universitarios y el gobierno nacional y esto no ha pasado. Y llevamos 10 meses con cifras muy complicadas para los asalariados universitarios y eso atenta enormemente contra la calidad de nuestras instituciones. Hoy nuestros docentes universitarios eligen trabajar en el sector privado; eligen irse a otras universidades. Eso lleva a que nuestras propias universidades empiecen a contraerse y empezar a tener sus ofertas educativas en las capitales y no poder ir al interior del interior».
Fuente: Área de Comunicación Institucional FTS-UNER