«Memoria y Universidad»: las y los seguimos buscando

A 46 años de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica argentina (1976-1983) la memoria continúa activa. Entre las luchas que siguen en pie, se cuenta la identificación de personas detenidas-desaparecidas; una tarea que a nivel nacional ha sido liderada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

De las 30 mil personas desaparecidas entonces, 302 eran entrerrianas, y 25 entrerrianas y entrerrianos desaparecieron cuando estaban en el territorio provincial. Solo los restos de una de ellas han sido identificados y recuperados en Paraná hasta hoy: los de Juan Alberto Osuna, militante de Montoneros detenido-desaparecido a los 27 años en septiembre de 1976. Fue identificado por el EAAF en 2007, y sus restos fueron exhumados en el Cementerio de Paraná. Otras y otros entrerrianos fueron identificados en diferentes provincias argentinas, pero aún hay restos en la capital y en Entre Ríos que no han sido identificados.

En ese marco, la Facultad de Trabajo Social (FTS) de la UNER se propone, en conjunto con el Registro Único de la Verdad (RUV) de la provincia, trabajar en la sistematización, vinculación y articulación en territorio con familiares de personas detenidas-desaparecidas durante la dictadura, con el fin de recabar información antemortem que permita aportar a la identificación de restos NN (con nombre desconocido). 

El proyecto de Estrategia de Articulación Territorial «Memoria y Universidad: estrategia de articulación por el derecho a la identidad», dirigido por la Magister Carmen Lera, comenzó en 2021 y ha contado hasta ahora con el desarrollo de instancias de formación dirigidas a miembros del proyecto, en primer término con el RUV y luego con integrantes del EAAF. Asimismo, con el objetivo de planificar una estrategia de acción, el equipo se encuentra trabajando en una base de datos de registros de personas detenidas y desaparecidas de la provincia, y organizando un listado de familiares que han brindado o no muestra de material genético.

Identidad, derechos y restitución

El EAAF, que nació en 1984 y hoy funciona en la Ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), ha recuperado hasta el momento alrededor de 1500 cuerpos de personas desaparecidas durante última dictadura cívico-militar-eclesiástica argentina y en los años previos (1973-1975) con la vigencia de la Triple A en el país. Actualmente, desarrolla una campaña para identificar 600 cuerpos de personas desaparecidas que fueron enterrados como NN.

En este sentido, la convocatoria es a los familiares de esas personas, dado que se requiere material genético para cotejar datos con los de los restos. La tarea está incompleta: es necesario que los familiares puedan acercarse. A esta iniciativa se suman la FTS y el RUV con el proyecto «Memoria y Universidad (…)»: una tarea de extensión universitaria a la que se suman también los organismos de derechos humanos de la provincia y el Colegio de Trabajadores Sociales de Entre Ríos (Cotser).

Los 600 cuerpos que esperan identificación fueron encontrados en fosas comunes o individuales del gran Buenos Aires, en  Tucumán –en un pozo de más de 40 metros de profundidad– y en Córdoba. Los restos se encuentran bajo el resguardo del EAAF en la sede ubicada en el predio de la ex ESMA, y aún no pudieron ser reconocidos por la falta de perfiles genéticos para cotejar el ADN. Si bien desde el equipo de antropología forense expresan que es fundamental respetar los tiempos de los familiares en el proceso, también destacan que es necesario propiciar que se acerquen y se tomen la muestra necesaria.

La propuesta de articulación territorial de la FTS fue trabajada de manera conjunta con el Registro Único de la Verdad, y se diseñó considerando las necesidades planteadas por el organismo. «El proyecto plantea el necesario trabajo en red, articulando con diferentes territorios, organismos de derechos humanos, instituciones gubernamentales de la provincia. La integración del equipo es nutrida e interdisciplinaria –abogacía, trabajo social, ciencia política–, conformado por personas del RUV, de organismos de DDHH, profesionales del Trabajo Social recibidos en UNER y radicados en diferentes localidades entrerrianas –Paraná, Gualeguaychú, La Paz, Concordia, Concepción del Uruguay–, estudiantes de carreras de grado y pregrado de la FTS, integrantes PAyS, docentes investigadoras extensionistas. Por otra parte, se propone articular con referentes de la Red de DDHH UNER, a lo largo del desarrollo de la propuesta», se expresa en el texto del proyecto.

El doloroso mapa del terror

De acuerdo con los datos recabados por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP 1984-1985); el sujeto perseguido/desaparecido adquiere la siguiente condición: obrera/o 30 %; estudiantes 21%; empleada/o 18% con militancia-político social.

Nuestra provincia no contaba con grandes industrias, ni grandes fábricas, ni universidades en el territorio. En los informes nos encontramos con personas entrerrianas desaparecidas, pero en su mayoría no en el territorio provincial, sino el Rosario, Córdoba, La Plata, Buenos Aires, Chaco y Tucumán.

De las 302 personas detenidas desaparecidas oriundas de Entre Ríos, 25 desaparecieron en el territorio provincial: 4 en Concordia; 2 en Diamante; 2 en Gualeguaychú; 15 en Paraná; 1 en Santa Elena y 1 Villaguay. Solo los restos de una persona fueron identificados en Paraná: los de Juan Alberto Osuna.

Ese mapa del terror se desplegó con la creación de Centros Clandestinos de Detención y Tortura en diferentes localidades entrerrianas: 4 en Concepción del Uruguay, 3 en Concordia, 1 en Diamante, 4 en Gualeguaychú, 15 en Paraná y 1 en Villaguay. En la provincia el desarrollo de la dictadura cívico-militar-eclesiástica no fue uniforme. La reconstrucción del proceso aún continúa. En este sentido, adquieren importancia los relatos de familiares directos, vecinos, amigas y amigos de las víctimas. En esa tarea continúa el RUV y también los organismos de derechos humanos, eje fundamental de militancia.

El aporte de los familiares para la identificación de restos

El principal aporte: unas gotitas de sangre… Pero también es importante toda la documentación que las familias tengan disponible de las personas desaparecidas: datos físicos (fichas odontológicas, historias clínicas), como así también datos más subjetivos, presentes en los recuerdos: la estatura, el sexo, la  edad, las enfermedades que padecían. ¿Qué familiares pueden hacerse la muestra? Madres y padres aportan las muestras genéticas más importantes, pero también pueden dejar su aporte hermanas y hermanos, hijas e hijos. En el caso de que no haya familiares sanguíneos directos vivos, se procede a la apertura de fosas de madres o padres para poder extraer una muestra de allí.

La FTS y el RUV junto a Organismos de DDHH y el Cotser, se suma a la Campaña del EAAF para la identificación de víctimas de la desaparición forzada durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica argentina. En un trabajo comprometido que se desarrollará en el territorio de toda la provincia, se sistematizará información y se desarrollarán estrategias para que familiares se acerquen a dar sus muestras de sangre, y así sumar al banco de datos genéticos para cotejar con los restos que aún esperan ser identificados.

Desde nuestro compromiso institucional con «Memoria, Verdad y Justicia»: las y los seguimos buscando. Porque «Para los navegantes con ganas de viento… la Memoria es un puerto de Partida» (Eduardo Galeano).


Fuentes:
– RUV – Datos a 2021. Módulo 1: «El terrorismo de Estado y la desaparición forzada» – Dr. Marcelo y  Dra. Lucía Tejera
– Secretaría de Extensión y Cultura FTS-UNER
– Área de Comunicación Institucional FTS-UNER

Para saber más ¿Dónde consultar si tenés dudas sobre tu identidad?

Para leer«El rastro de los Huesos», de Leila Guerreiro

Para escuchar→ conocé más sobre el proyecto «Memoria y Universidad (…)» en esta nota a Alejandra Blanc, Secretaria de Extensión y Cultura de la FTS, en diálogo con Radio UNER Paraná↓



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