El viernes 29 de agosto comenzó la primera cohorte de esta propuesta de formación de posgrado interinstitucional, organizado de manera conjunta por la Facultad de Trabajo Social (FTS) de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (FCJS) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales (FCPOLIT) de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
En el acto de apertura participaron, de manera virtual, representantes de las tres facultades organizadoras:
– Por la FTS-UNER estuvieron presentes la decana Sandra Arito, el secretario de Posgrado Rubén Zabinski y la coordinadora de la Licenciatura en Trabajo Social, Rosana Pieruzzini.
– Por la FCJS-UNL, la decana Claudia Levin, el secretario de Posgrado Alejandro Pivetta, la secretaria de Extensión y Cultura Luciana Michlig y la coordinadora de la carrera de Trabajo Social, Lilia De Llac.
– Por la FCPOLIT-UNR, la secretaria de Investigación y Posgrado Sandra Ripoll y la directora de la Escuela de Trabajo Social, Silvina Fernández.
Además, junto a la directora de la carrera, Susana Cazzaniga (FTS-UNER), participaron las coordinadoras Carina Mesina (FTS-UNER), Raquel Rubio (FCPOLIT-UNR) y Nerina Murua (UNL), así como integrantes del Comité Académico de la carrera: Indiana Vallejos (UNL), Carina Carmody (UNER), Eugenia Garma (UNR), Alfredo Carballeda (UNLP) y Carmina Puig Cruells (Universidad de Barcelona).
También docentes y estudiantes de las tres unidades académicas mencionadas.
En primer lugar, tomó la palabra Levin, quién destacó la importancia de este nuevo posgrado para el fortalecimiento de la carrera de Trabajo Social. Además, señaló lo gratificante que es el trabajo colaborativo con la UNR y la UNER, para aunar esfuerzos y obtener así mejores resultados. «Desde esta Facultad valoramos esto, lo apoyamos y apostamos (…) a la formación de nuestros profesionales, específicamente en Trabajo Social».
Ripoll, por su lado, manifestó una alegría enorme poder compartir este momento inaugural «de una carrera que ha costado mucho esfuerzo. A decir verdad, cuando Susana nos convocó para esta propuesta, no pudimos evitar sorprendernos por lo ambiciosa. Convocaba a tres instituciones con cohortes simultáneas, con docentes a nivel internacional, digamos, todo un desafío que ha implicado un trabajo muy sostenido». Además, nombró algunas de las experiencias que sucedieron en Rosario y en la región, que hicieron que sea posible pensar en este trayecto de formación o que fueron sentando las bases para tener un salto cualitativo como la especialización, «experiencias colectivas que fueron sedimentado y que fueron permitiendo que hoy podamos pegar este salto en calidad, digamos, y que podamos hoy en día ofrecer esta propuesta de formación de posgrado».
Por su parte, Arito le dio una especial bienvenida a las y los estudiantes «porque son quienes realmente apostaron a este sueño. Y digo que era del orden de los sueños cuando arrancó esta idea, que gestionó y se puso al hombro fundamentalmente Susana Cazzaniga desde aquel momento en que (…) creyó que era posible, y eso fue el primer paso para ponerlo en marcha (…) Como bien decían las colegas, un proyecto muy ambicioso pero muy, muy importante profesionalmente. Sin duda, un salto cualitativo importantísimo para toda la región. (…) Susana no solo tiene una larguísima trayectoria académica, sino que ha sido y es una compañera de gestión, quien para esta Facultad ha sido sumamente importante desde que esta Facultad tenía como única carrera la de Trabajo Social. Traigo esto porque también fue ella gestora de la primera Maestría en Trabajo Social en nuestra Universidad. Y, si hay algo que sabe hacer muy bien, es generar, gestionar proyectos, así como articular personas e instituciones para que esto sea posible».
Asimismo, dijo que «fue muy importante la voluntad política de las tres instituciones para que esto sea posible, con todos los atravesamientos que muchas veces hay que superar, y que no son suficientes con la voluntad política sectorial o local, sino que estamos atravesados por múltiples condicionamientos de nuestras instituciones. Y, bueno, y en ese sentido, una apuesta y un deseo de que esta carrera tenga la capacidad de sobrevolar nuestras circunstanciales gestiones de gobierno universitario, y que quede instituida e institucionalizada como una propuesta que realmente nos sobrevuele en lo personal y también en el ombligo de cada una de nuestras instituciones. Me parece que eso es importantísimo, porque se ha podido poner en acto una propuesta que entrelaza tres universidades públicas nacionales en un momento histórico-institucional de mucho castigo y de mucho padecimiento de nuestro colectivo profesional».
Como parte del Comité Académico de la Especialización, Puig Cruells manifestó su alegría de que en la profesión del trabajo Social «crezca esto de la supervisión». También comentó que le da mucha esperanza cuando piensa en que haya más profesionales de Trabajo Social que ejerzan como supervisores y que lo hagan con toda la credibilidad.
En el orden de los agradecimientos, expresó su gratitud a las tres universidades por haber hecho un esfuerzo tan grande «porque yo sé lo que significa organizar las cosas de manera, digamos, que transiten en tres instituciones que son diferentes, que a veces piensan diferente, que a veces actúan diferente, pero que habéis podido finalmente aunar».
«Yo creo que la supervisión es un instrumento de trabajo muy importante que nos permite mejorar muchísimo nuestra práctica profesional (…) Los profesionales de Trabajo Social trabajan muy solos. Trabajan a veces, digamos, en equipos; a veces sin equipos, y a veces con equipos que no les funcionan y a veces con equipos que se entienden (…) Y deben de estar a menudo muy expuestos a situaciones de alta complejidad y de autodesgaste profesional. De aquí, la importancia de dotarnos aún más, si cabe, de espacios que nos permitan, por una parte, desarrollarnos profesionalmente y, por otra parte, como ya saben que es mi enfoque, cuidarnos profesionalmente. Esto ya es un deber que tenemos: cuidarnos, porque para poder trabajar con personas debemos de cuidarnos».
Carmody, en tanto, celebró también el comienzo de la primera cohorte y afirmó que la supervisión es una herramienta de consolidación y de mejoramiento de las intervenciones profesionales «que tanta falta nos hacen en tiempos difíciles como los que nos está tocando atravesar, particularmente en nuestro país (…) La especialización que hoy inicia va a ser una enorme oportunidad para la formación profesional en toda la región, y que vamos a ir viendo también, poco a poco, su impacto en términos de mejores intervenciones profesionales, de consolidar redes y espacios de formación».
De la misma manera, resaltó el poder encontrarse para pensar, juntas y juntos, los desafíos que a diario enfrentan en la intervención profesional «pese a todas las dificultades y momentos donde pareciera que el individualismo reina, hay experiencias que sostienen proyectos colectivos, así que felicitaciones a todas las personas que están dándole cuerpo a esa especialización», sostuvo.
Vallejos, enfatizó el desafío y la potencia del trabajo articulado de las tres universidades, y resaltó el doble reto que implica llevar adelante proyectos nuevos en el contexto tan adverso que afronta la universidad pública. Por tanto, celebró la apertura de la carrera y augura un buen trayecto de trabajo compartido.
En el cierre, Cazzaniga compartió los primeros debates que se dieron en el diseño de la carrera, antes de la pandemia y que luego fueron retomados en el 2023. Se refirió al contenido, a la búsqueda de experiencias similares y al trabajo entre las tres instituciones responsables. Además, habló de cómo lograron pensar la sostenibilidad de la carrera, que no fuera absolutamente financiera, sino que incorpore la política académica, la rigurosidad y las condiciones como para que los colegas puedan llevar adelante esta carrera, sabiendo que en Argentina los posgrados son arancelados. Es decir, esta cuestión fue muy discutida, señaló. «Cómo poner una lógica que no esté antecedida por lo financiero pero sí reconociendo que lo financiero tiene un lugar». Y, si bien los debates acerca de ello fueron muy duros y fuertes, indicó que hoy puede decir: «que, a pesar de todo, «esto sigue»».
Luego, mencionó a cada una de las personas que estuvieron presentes en este proceso y cómo cada una de ellas «fue dejando cosas». Y aquí también hizo hincapié en las reuniones que se mantuvieron con las autoridades, los Colegios Profesionales y las personas interesadas en cursar la carrera, «que fueron dándonos aportes, y fueron ofreciéndonos también algunas miradas que nos ayudaron a nosotros a revisar, fundamentalmente, la implementación para que esa sostenibilidad fuera, digamos, posible».
«Esta apertura y este inicio de un desarrollo que creo que vamos a estar compartiendo durante, por lo menos, dieciocho meses, creo que es una práctica de resistencia. Es una práctica de resistencia desde todo punto de vista. Porque revalorizamos la universidad. ¡Fundamental! Hoy, las salidas individuales y privadas de las formaciones son muy fuertes. Nosotros optamos -podríamos haber hecho en otro lugar- por la universidad, por la universidad pública (…) Y fundamentalmente la apuesta por un Trabajo Social riguroso, crítico y comprometido. Y, digamos, la insistencia y la persistencia (…) de la defensa de la justicia social, de los derechos y de la humanización de las relaciones sociales. De eso se trata, en términos más de matriz de pensamiento, lo que queremos, digamos, ir transmitiéndoles y discutiendo con todas y todos los que han decidido iniciar esta carrera».
Luego del acto de apertura, las y los estudiantes tuvieron su primera clase.
Fuente: Área de Comunicación Institucional FTS-UNER